martes, 6 de septiembre de 2016

Ensayo Argumentativo

América Latina, Filosofía sin identidad


Mucho se ha discutido a lo largo de los años sobre la posibilidad de que en América Latina pueda desarrollarse una autentica filosofía, y he de decir que yo también me lo cuestiono, pues siendo países que nos vemos dependientes de otros, donde la globalización busca generar una sociedad serial, en todos sus recursos, pensamientos, tecnologías, etc.; hay que reconocer que ninguna cultura es 100% pura, pues necesita de los aportes de otros para poder funcionar. Sin embargo, cabe preguntarse sobre que estaríamos fundamentando nuestro sistema de pensamiento, podríamos hablar de una filosofía autóctona y original en Latinoamérica o sigue siendo un ideal de muchos; trataré de dar algunas luces para aclarar si se podría encontrar esta filosofía propia en Latinoamérica prescindiendo de la necesaria identidad.

Con certeza podremos señalar que el panorama nunca ha sido sencillo en este cometido sin embargo, no por eso se han detenido los esfuerzos por generar una filosofía latinoamericana y de ahí que Carlos Beorlegui indique en su libro “Historia del pensamiento filosófico latinoamericano”, que esta filosofía ha sido objeto de estudio desde múltiples puntos de vista “de ahí que la bibliografía existente tenga dimensiones casi enciclopédicas. Existen varias monografías y un número incontable de artículos, sobre muchos de los filósofos o pensadores que Latinoamérica ha producido… pero no existe todavía ninguna obra que se dedique, de forma amplia y pormenorizada a presentar lo más destacable de este pensamiento en todas sus épocas y nacionalidades”. [[1]]
A esto hemos de sumarle los numerosos pensadores que a lo largo correr de los años han generado muchos aportes de ellos hay que citar a Juan Bautista Alberdi como el primero en emplear los conceptos problemáticos de filosofía nacional y de filosofía americana,  hay que reconocer a Augusto Salazar Bondy y Leopoldo de Zea como precursores de la filosofía en Latinoamérica; otros de estos escritores fueron Domingo Faustino Sarmiento, así como R.M Agoglia, R. Fornet-Betancourt y no podemos dejar de lado el aporte realizado por un grupo de jóvenes filósofos argentinos (en aquel momento) entre ellos:  E. Dussel, J.C. Scannone, O. Ardiles, H. Cerutti; estos dentro de la filosofía de la liberación.
No dudo de que realmente un sistema filosófico de nuestras tierras sea posible, pues como numeran varios pensadores “si esta filosofía (latinoamericana) aún no es suficientemente autónoma lo será en el futuro, en la medida en que se consiga una libración cultural, puesto que la condición de posibilidad de una filosofía es la posesión de una cultura autónoma y especifica [[2]]. Y este es el eje en el que me gustaría girara la reflexión, ¿hay una identidad propia en nuestros países o seguiremos haciendo frente a la dificultad de la hegemonía europea de frente al planteamiento filosófico?
Ya en 1970-1971 E. Dussel señalaba: “El pensar latinoamericano era auténtico por dos razones: porque pretendía pensar, y como el pensar es pensar la realidad, el pensar latinoamericano no era a lo más estudio y casi siempre mera repetición superficial; pero, y es lo más grave, al pensar el pensar europeo se ignoraba la realidad latinoamericana y se hacía pasar aquí por la realidad la realidad metropolitana, imperial, moderna y dominadora”. [[3]]
La primera lucha que tendríamos que dar es la que ya muchos autores han apuntada y es lograr descentralizar la filosofía europea, acabar con la hegemonía reinante durante tanto tiempo pues son los pensadores occidentales los representantes de la filosofía de toda la humanidad, entonces para hacer filosofía no queda otra solución que imitar este pensamiento(como ya lo acotaba Dussel) esto si lo que se quiere es ser considerado dentro de la categoría de pensadores o filósofos; ante este panorama se presentan tres posturas fundamentales, la universalista que defiende la existencia de una sola filosofía para todas las culturas, la nacionalista que considera como legítimas y válidas las filosofías nacionales dado el espíritu nacional y finalmente la perspectivistica que considera que aunque los problemas filosóficos responden a preguntas universales, también pero que poseen una apoyatura detallada y época.
Entonces para poder potenciar todo el pensamiento filosófico en Latinoamérica debemos procurar una vuelta a las fuentes más propias, así como también es ineludible una claridad sobre la identidad cultural, entonces no podemos decir que del todo no existe pues como se señala  Fornet – Betancourt “el momento clave de búsqueda y reflexión acerca de una autentica filosofía en América Latina se da a finales de la década de los años sesenta, con el surgimiento de la filosofía de la liberación, esta se va a preocupar por realizar un pensamiento filosófico autentico, propio y especifico a Latinoamérica surgido de sus necesidades y propuestas de futuro”. [[4]]
Pero para que sea considerada como autentica debemos luchar porque sea una  filosofía liberadora de todo proceso de dominación sobre todo de Occidente, en este mismo sentido Ignacio Ellacuría, señala que para que una filosofía sea liberadora debe ejercer dos funciones: ser crítica y  ser creadora. Para que esta filosofía critica se encargue de desenmascarar todo tipo de ideología y de ideologización que realiza, este aspecto de la función critica nos indica ya la otra función de la filosofía, la función creadora, pues esta crítica presupone ya un momento positivo, propositivo desde el que se hace la crítica, los frutos que la filosofía obtiene de su relación estrecha con el momento de la praxis liberadora es determinante en la medida en que el lugar liberador le aporta ventaja ética y epistemológica[[5]]
Nos queda claro que realmente existe una filosofía latinoamericana, pero hemos de volver a nuestras raíces, buscar nuestra identidad, para poder liberarnos de todas las cargas que se no imponen desde de fuera (sean dadas por otros o por nosotros mismos). ¿Que tenemos potencial?, lo hay, ¿qué podemos pensar?, si podemos; solo que debemos atrevernos a partir desde lo que es totalmente nuestro, nuestras valores más íntimos, pues si la filosofía tiene como finalidad la educación del individuo, del alma, sobre el fundamento racional de la verdad, en diálogo para descubrir la esencia del hombre, creo que es esa esencia la que debemos hacer crecer, para poder de manera crítica y reflexiva dar luces a nuestra América Latina hoy.






[1] Beorlegui, C. (2010) Historia del pensamiento filosófico latinoamericano. Pág. 23
[2] Rubén Sanabria, J. (1993) Analogía filosófica, 7. Pág. 1, 31-34
[3] Cerutti, Horacio (1983) Filosofía de la Liberación Latino-Americana. pág. 239
[4] Beorlegui, C. (2010) Historia del pensamiento filosófico latinoamericano. Pág. 42
[5] Beorlegui, C. (2010) Historia del pensamiento filosófico latinoamericano. Pág. 68-71






3 comentarios:

  1. Hola Julio,al menos yo creo que si bien en Latinoamerica la ausencia de un sistema filosofico reconocido es notoria,creo que si hay una forma de hacer filosofia y hay una forma autoctona como dices tu de asimilar la filosofia europea. Hoy en dia hasta entre nosotros ( los latinos) entramos en conflictos y en rencillas innecesarias cuando muchos otros paises se dan el lujo de andar en sobernanias sin el minimo permiso...ahondar en esta interrogante es descubrir la riqueza que hemosperdido por andar copiando lo ajeno

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  2. Julio, diste en un punto funsamental para mí: volver a nuestros orígenes... Solo desde ahí podremos entender que latinoamérica tiene todo el potencial para expandirse en su pensamiento! Buen ensayo!

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  3. Es cierto que es importante volver a nuestras raíces, y en esto comparto tu opinión, sin embargo, pienso que el rescatar nuestras raíces no nos debe de alejar que reconocer la importancia de la filosofía Europea, Latino-américa le debe muchísimo a Europa, ya que nos han dado las bases para la creación de la filosofía.
    Con esto no quiero decir que nuestra filosofía sea cien por ciento Europea, pero si que es la base para la construcción de nuestra propia filosofía

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