América Latina, Filosofía sin identidad
Mucho se ha discutido a lo largo de los años sobre
la posibilidad de que en América Latina pueda desarrollarse una autentica
filosofía, y he de decir que yo también me lo cuestiono, pues siendo países que
nos vemos dependientes de otros, donde la globalización busca generar una
sociedad serial, en todos sus recursos, pensamientos, tecnologías, etc.; hay
que reconocer que ninguna cultura es 100% pura, pues necesita de los aportes de
otros para poder funcionar. Sin embargo, cabe preguntarse sobre que estaríamos
fundamentando nuestro sistema de pensamiento, podríamos hablar de una filosofía
autóctona y original en Latinoamérica o sigue siendo un ideal de muchos; trataré de dar algunas luces para aclarar si
se podría encontrar esta filosofía propia en Latinoamérica prescindiendo de la
necesaria identidad.
Con certeza podremos señalar que el panorama
nunca ha sido sencillo en este cometido sin embargo, no por eso se han detenido
los esfuerzos por generar una filosofía latinoamericana y de ahí que Carlos
Beorlegui indique en su libro “Historia del pensamiento filosófico
latinoamericano”, que esta filosofía ha sido objeto de estudio desde múltiples
puntos de vista “de ahí que la
bibliografía existente tenga dimensiones casi enciclopédicas. Existen varias
monografías y un número incontable de artículos, sobre muchos de los filósofos
o pensadores que Latinoamérica ha producido… pero no existe todavía ninguna
obra que se dedique, de forma amplia y pormenorizada a presentar lo más
destacable de este pensamiento en todas sus épocas y nacionalidades”. [[1]]
A esto hemos de sumarle los numerosos
pensadores que a lo largo correr de los años han generado muchos aportes de
ellos hay que citar a Juan Bautista Alberdi como el primero en emplear los
conceptos problemáticos de filosofía nacional y de filosofía americana, hay que reconocer a Augusto Salazar Bondy y
Leopoldo de Zea como precursores de la filosofía en Latinoamérica; otros de
estos escritores fueron Domingo Faustino Sarmiento, así como R.M Agoglia, R.
Fornet-Betancourt y no podemos dejar de lado el aporte realizado por un grupo
de jóvenes filósofos argentinos (en aquel momento) entre ellos: E. Dussel, J.C. Scannone, O. Ardiles, H.
Cerutti; estos dentro de la filosofía de la liberación.
No dudo de que realmente un sistema
filosófico de nuestras tierras sea posible, pues como numeran varios pensadores
“si esta filosofía (latinoamericana) aún
no es suficientemente autónoma lo será en el futuro, en la medida en que se
consiga una libración cultural, puesto que la condición de posibilidad de una
filosofía es la posesión de una cultura autónoma y especifica [[2]].
Y este es el eje en el que me gustaría girara la reflexión, ¿hay una identidad
propia en nuestros países o seguiremos haciendo frente a la dificultad de la
hegemonía europea de frente al planteamiento filosófico?
Ya en 1970-1971 E. Dussel señalaba: “El
pensar latinoamericano era auténtico por dos razones: porque pretendía pensar,
y como el pensar es pensar la realidad, el pensar latinoamericano no era a lo
más estudio y casi siempre mera repetición superficial; pero, y es lo más
grave, al pensar el pensar europeo se ignoraba la realidad latinoamericana y se
hacía pasar aquí por la realidad la realidad metropolitana, imperial, moderna y
dominadora”. [[3]]
La primera lucha
que tendríamos que dar es la que ya muchos autores han apuntada y es lograr
descentralizar la filosofía europea, acabar con la hegemonía reinante durante
tanto tiempo pues son los pensadores
occidentales los representantes de la filosofía de toda la humanidad, entonces
para hacer filosofía no queda otra solución que imitar este pensamiento(como ya
lo acotaba Dussel) esto si lo que se quiere es ser considerado dentro de la
categoría de pensadores o filósofos; ante este panorama se presentan tres
posturas fundamentales, la universalista que defiende la existencia de una sola
filosofía para todas las culturas, la nacionalista que considera como legítimas
y válidas las filosofías nacionales dado el espíritu nacional y finalmente la
perspectivistica que considera que aunque los problemas filosóficos responden a
preguntas universales, también pero que poseen una apoyatura detallada y época.
Entonces para poder potenciar todo el
pensamiento filosófico en Latinoamérica debemos procurar una vuelta a las fuentes más propias, así como también es ineludible una
claridad sobre la identidad cultural, entonces no podemos decir que del todo no
existe pues como se señala Fornet –
Betancourt “el momento clave de búsqueda
y reflexión acerca de una autentica filosofía en América Latina se da a finales
de la década de los años sesenta, con el surgimiento de la filosofía de la
liberación, esta se va a preocupar por realizar un pensamiento filosófico
autentico, propio y especifico a Latinoamérica surgido de sus necesidades y
propuestas de futuro”. [[4]]
Pero para que
sea considerada como autentica debemos luchar porque sea una filosofía liberadora de todo proceso de
dominación sobre todo de Occidente, en este mismo sentido Ignacio Ellacuría,
señala que para que una filosofía sea liberadora debe ejercer dos funciones:
ser crítica y ser creadora. Para que
esta filosofía critica se encargue de desenmascarar todo tipo de ideología y de
ideologización que realiza, este aspecto de la función critica nos indica ya la
otra función de la filosofía, la función creadora, pues esta crítica presupone
ya un momento positivo, propositivo desde el que se hace la crítica, los frutos
que la filosofía obtiene de su relación estrecha con el momento de la praxis
liberadora es determinante en la medida en que el lugar liberador le aporta
ventaja ética y epistemológica[[5]]
Nos queda claro que realmente existe una
filosofía latinoamericana, pero hemos de volver a nuestras raíces, buscar
nuestra identidad, para poder liberarnos de todas las cargas que se no imponen
desde de fuera (sean dadas por otros o por nosotros mismos). ¿Que tenemos potencial?,
lo hay, ¿qué podemos pensar?, si podemos; solo que debemos atrevernos a partir
desde lo que es totalmente nuestro, nuestras valores más íntimos, pues si la
filosofía tiene como finalidad la educación del individuo, del alma, sobre el
fundamento racional de la verdad, en diálogo para descubrir la esencia del
hombre, creo que es esa esencia la que debemos hacer crecer, para poder de
manera crítica y reflexiva dar luces a nuestra América Latina hoy.
Hola Julio,al menos yo creo que si bien en Latinoamerica la ausencia de un sistema filosofico reconocido es notoria,creo que si hay una forma de hacer filosofia y hay una forma autoctona como dices tu de asimilar la filosofia europea. Hoy en dia hasta entre nosotros ( los latinos) entramos en conflictos y en rencillas innecesarias cuando muchos otros paises se dan el lujo de andar en sobernanias sin el minimo permiso...ahondar en esta interrogante es descubrir la riqueza que hemosperdido por andar copiando lo ajeno
ResponderBorrarJulio, diste en un punto funsamental para mí: volver a nuestros orígenes... Solo desde ahí podremos entender que latinoamérica tiene todo el potencial para expandirse en su pensamiento! Buen ensayo!
ResponderBorrarEs cierto que es importante volver a nuestras raíces, y en esto comparto tu opinión, sin embargo, pienso que el rescatar nuestras raíces no nos debe de alejar que reconocer la importancia de la filosofía Europea, Latino-américa le debe muchísimo a Europa, ya que nos han dado las bases para la creación de la filosofía.
ResponderBorrarCon esto no quiero decir que nuestra filosofía sea cien por ciento Europea, pero si que es la base para la construcción de nuestra propia filosofía