domingo, 23 de octubre de 2016

Raúl Fornet-Betancourt. Vida y Pensamiento

Biografía del autor




Raúl Fornet-Betancourt nació en 1946 Holguín (Cuba), doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Salamanca y doctor en Filosofía con la especialidad en Lingüística y Teología por la Universidad de Aachen, miembro activo de la Sociedad Europea de la Cultura, la Sociedad Filosófica de Lovaina, la Sociedad Filosófica Intercultural, la Asociación de Filosofía y Liberación (AFYL, México), la Sociedad de Hispanismo Filosófico (Madrid), de la ADLAF, Alemania) y de la Sociedad de Filosofía Intercultural.

En un primer momento el "entramado" más profundo de su pensamiento, estuvo influido por figuras como Sartre, Foucauld y Lévinas —con quienes pudo contactar personalmente—. Su trasfondo está marcado por la presencia de José Martí y Carlos Marx. Posteriormente, inciden en la conformación de su pensamiento, autores del mundo de la filosofía hispanoamericana, cabe citar entre ellos a: José Vasconcelos, Antonio Caso, Leopoldo Zea, José Gaos, Agustín Basave, Luis Villoro, Alberto Wagner Reina, etc. Por último, su filosofía se vio impactada por el proyecto de la Teología de la Liberación, representado por teólogos como Gustavo Gutiérrez, Leonardo Boff, Juan Carlos Scannone, así como la Filosofía de la Liberación de Enrique Dussel; autores todos ellos con los que mantiene un diálogo vivo.

Ha dedicado varios años a profundizar en diversos aspectos filosóficos y sociales del pensamiento martiano, que cristalizan en un conjunto de publicaciones, muy sugerentes pues muestran un pensamiento inculturado en la realidad americana y transformador de sus condiciones socio-culturales. Asimismo, éste permite esclarecer y abrir caminos de futuro para comprender la problemática de la realidad latinoamericana. [[1]]



Cuando nuestro autor utiliza la expresión "El tiempo se ha vaciado” lo que quiere decir es que ahora se ha expropiado el tiempo, que vivimos un tiempo adverso, no tiene otro sentido ni función que presentizar la secuencia de la hegemonía; este tiempo vaciado corre al compás del capital de sus mercancías, sin carga de memoria  histórica, sin dolor, sin liberación, vaciado de vivencias humanas, no refleja las luchas históricas por la humanización del hombre, vaciado de la humanidad y sus esperanzas.
Un tiempo que no quiere reflejar que la humanidad ha acumulado liberación, vendrá a ser un tiempo del calendario del capital, del exilio de la esperanza, un tiempo que alimenta al hombre con expectativas y ordenes programadas pero lo vacía de todo lo demás.



Para Fornet, la "revolución" sigue como un término vigente pues esta nos transmite una densidad histórica que contrastan con la frivolidad del tiempo actual, nos habla de esperanzas, nos hablan de un tiempo rápido,  de una esperanza siempre presente. Sin embargo tanto revolución como humanismo crítico son conceptos problemáticos y controvertidos, van a ser ambos tomados como indicadores fenomenológicos de otro plano de realidad. La revolución aparece como el método histórico requerido para la realización de su mismo programa:

1.      Porque reconocer el bien y la verdad del humano implica la dignificación de las condiciones sociales, materiales y políticas de la vida humana.

2.      Porque la verdad y el bien del humano necesitan complementar esa tarea de la dignificación haciendo a cada hombre un dignatario de la dignidad humana (no destinatario).

3.      Porque se necesita de una articulación social y política de un proceso de formación ética que ponga los valores de la solidaridad, dignidad y justicia para comprender que la libertad humana es verdaderamente humana cuando es libertad con conciencia.



Al hablar de "humanismo crítico" quiere hacer referencia a aquella memoria histórica con que está relacionada con la humanidad, es este humanismo el que debe mediar entre revolución y filosofía intercultural, abriéndose a pensar la revolución como proyecto de humanización.

El humanismo critico se levanta contra el orden del humanismo hegemónico, parte de la experiencia de la negación de lo humano, procurando ser fuente de convergencia para el dialogo de culturas a favor de mejorar lo humano, convirtiéndose así en hilo conductor para una verdadera y profunda transformación de la vida del presente histórico; en este humanismo crítico se condensa la lucha del hombre y la mujer por tener vida verdadera, justa y buena.

Es un humanismo orgánico, empieza con la visión judeo-cristiana recuperada por Marx pasando por una serie de eventos y circunstancias que implica que la búsqueda de humanidad, la búsqueda de una humanización, este humanismo necesita un horizonte infinitamente abierto, por eso crítico, porque no cierra el tiempo al acontecer humano, va a buscar en lo humano un proceso abierto de perfeccionamiento moral y ético del ser humano para este fin va a valerse de la tradición entendida como movimiento teórico y social que se levanta como consecuencias de alternativa histórica ante el modelo capitalista y ante la antropología que está en los fundamentos del capitalismo, antropología del hombre que rompe los vínculos naturales.



Cuando apunta a la filosofía intercultural va mencionar como fundamentos o como elementos esenciales a ella:
1.      El ser consciente de que para cumplir el compromiso histórico tiene que ser testigo crítico de la memoria historia de la liberación de la humanidad, aprendiz de la realidad ponerse al a escucha atenta del llamado mundanal ruido de los revoltosos, de los pobres oprimidos pues aquí es donde se da manifiesta la verdadera densidad de la historia.

2.      Esta llamada a revisar las formas tradicionales en que se han planteado la relación entre la reflexión filosófica y la política, comprendiendo que hacerse cargo de que la política no es un algo  externo sino una dimensión constitutiva de su modo de saber.

3.      Además ha de poner de manifiesto que la mentira y la maldad de la negación del otro son doblemente perversas, porque se niega la unidad del género humano, se niega la capacidad del otro para enriquecer con sus diferencias. Así como profundizar el reclamo del humanismo crítico, es un cogenerador de humanidad.

4.      Hay que decir que esta filosofía intercultural será el método del humanismo crítico.



La historia ha de contarse desde "la lucha por la libertad de los oprimidos", quiere decir que, su compromiso está (debe estar) de parte de estos, responde al llanto y grito del mundo de los que sufren, pues como dijimos anteriormente  es en los pobres y oprimidos donde se da manifiesta la verdadera densidad de la historia. Esta lucha por la libertad de los oprimidos busca una re-fundación del mundo, el hilo conductor de su racionalidad es la pregunta por quienes están siendo estafados y ganados por la mentira del sistema.
Podemos hablar de una serie de prácticas emancipadoras a favor de los condenados de la tierra, pues no se puede hablar de los oprimidos como categoría, se tiene que hablar desde ellos mismos, sus proyectos propios.
Los pobres y oprimidos no son un problema a resolver, si no la perspectiva de realidad histórica que anuncia que el mundo y la humanidad puede girar sobre otro eje que no son el capital y la riqueza.





Ensayo


Cuando hablamos de filosofía, hablamos de un quehacer que busca que el hombre pueda a través de la comprensión ser realmente libre y poder responder a las preguntas más fundamentales de su existencia. Pero partiendo del postulado de Fornet cuando dice: “la filosofía requiere voluntad de verdad y voluntad de bien” creo que expresa con total claridad lo que ha de ser esta ciencia, pues ella ha de partir desde un compromiso de verdad y bien, pues si dejáramos estos elementos por fuera considero que no tendríamos una auténtica filosofía.

Pues como el mismo autor nos dirá, la filosofía se fragua contextualmente al filo de las experiencias concretas en la lucha por la verdad de las cosas y el ordenamiento hacia el bien; la verdad no se puede traducir a un acto formal, le es constitutiva una dimensión practica y es así como la filosofía en la búsqueda de la verdad es práctica de justicia y bondad, es amor a la verdad, no hay verdad sin ajustamiento. Respecto al bien y la filosofía hay que decir que ella no podría pactar con un orden criminal, el bien forma parte de su saber, se erige como guardiana de la liberación de la humanidad; así le corresponde contradecir todo aquello que vacié la historia humana de los ideales, tiene como tarea desmentir la malicia de la época.

Pero esta filosofía, estos ideales no pueden quedarse como algo etéreo, debe encarnarse en la vida de los hombres por eso su compromiso personal(el de la filosofía) es compromiso personal de los filósofos, la filo hace lo que nosotros hacemos, la calidad de la filo se mide por la calidad de lo que nosotros hacemos, entonces vemos que es también una exigencia de encaminar el camino del ser humano por el bien y la verdad, tarea nada sencilla para estos tiempos, pero un reclamo que también surge en el individuo desde los más profundo de su ser, no buscar el bien y la verdad es un reclamo, es una crítica a la misma existencia.

No podemos engañarnos, no podemos pretender ser o aparentar ser, hay que ser realmente, verdaderos y buenos, en contraposición a un mundo que nos presenta todo lo contrario, sin verdad, sin bondad, sin un ser humano comprometido en buscarlas, descubrirlas  y vivirlas la filosofía será un hermoso ideal, una idea y nada más.

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